La Organización Mundial de la Salud, siempre cautelosa, actuó con más fuerza y rapidez que muchos gobiernos nacionales.
El 22 de enero, dos días después de que los funcionarios chinos publican por primera vez la grave amenaza que representaba el virus que asola la ciudad de Wuhan, el jefe para la Organización Mundial para la Salud celebró el primero de lo que serían meses de reuniones informativas para los medios casi diarias, haciendo sonar la alarma, diciéndole al mundo que tomen en serio el brote.
Pero con sus funcionarios divididos, la OMS que todavía se evidencia de una propagación sostenida del virus fuera de china, declinó al dia siguiente declarar una emergencia de salud pública mundial. Una semana después, la organización invirtió el rumbo e hizo la declaración.
Esos primeros días de la epidemia ilustraron la fortaleza y debilidades de la OMS, un brazo de las Naciones Unidas que ahora está bajo el fuego de presidente Trump, quien el martes ordenó un corte de los fondos estadounidenses a la organización.
Con información limitada y constantemente cambiante para continuar.
La OMS, mostró una determinación temprana y consistente para tratar el nuevo contagio como la amenaza que se convertiría.,y para persuadir a otros para hacer lo mismo. Al mismo tiempo, la organización alabo repetidamente a china, actuando y hablando con una precaución política nacida de ser un brazo de las Naciones Unidas, con pocos recursos propios, incapaz de hacer su trabajo sin la cooperación internacional.
Trump, desviando las críticas de que su propio manejo de la crisis dejó a los Estados Unidos sin preparación, acusó a la OMS de manejarla mal, llamo a la organización "muy centrada en China" y dijo que había "empujado la información errónea de China".
Pero una mirada cercana al registro muestra que a la OMS actuó con mayor precisión y velocidad que muchos gobiernos nacionales, y mas de lo que había demostrado en epidemias anteriores. Y si bien cometió errores hay poca evidencia de que la OMS sea responsable de los desastres que se han desarrollado en Europa y luego en los Estados Unidos.
La OMS necesita el apoyo de sus miembros internacionales para lograr cualquier cosa.
No tiene autoridad sobre ningún territorio, no puede ir a ningún lado sin invitación y depende de los países miembros para su financiación. Todo lo que puede ofrecer es experiencia y coordinación, e incluso la mayor parte se toma prestada de organización benéficas y países miembros.
La OMS, ha recibido críticas por estar muy cerca de Beijing, un cargo que se hizo más fuerte a medida que la agencia elogió repetidamente a China por la cooperación y la transparencia que otros dijeron que faltaban. El enfoque duro de China para contener el virus provocó algunas críticas tempranas de los activistas de derechos humanos, pero resultó efectivo y desde entonces ha sido adoptado por muchos otros países.
